Una nueva operación para Bruno: su familia organiza una rifa para costear el tratamiento

Bruno Simón Arias Ramírez tiene un año y cinco meses y, desde que nació, su vida es una demostración de fortaleza. Llegó al mundo en 2024 con hidrocefalia y una cardiopatía congénita. A las 48 horas de vida fue sometido a su primera cirugía para colocarle una válvula que permitiera drenar el líquido de su cabeza. Poco después debió pasar nuevamente por el quirófano debido a una malformación adicional.

Su mamá, Chantal Ramírez —docente de Cipolletti—, recuerda que el diagnóstico llegó cuando cursaba el embarazo:

“Cuando estaba embarazada, a las 16 semanas nos enteramos que él venía con hidrocefalia. Fue complicado encontrar una clínica que nos atendiera con la obra social. Al principio respondieron bien, pero ahora ya no cubren todo. Ni las terapias ni esta nueva operación”, contó.

Cuatro cirugías antes de los dos años

La segunda intervención llegó a los pocos días de nacer. A los cinco meses, Bruno fue operado del corazón por una tetralogía de Fallot, una de las cardiopatías congénitas más complejas. Ahora, a sus 1 año y 5 meses, deberá afrontar su cuarta cirugía, programada para el 2 de diciembre en General Roca.

En esta ocasión, el procedimiento será por un hidrocele, es decir, la acumulación de líquido en los testículos que le genera inflamación y molestias. Aunque se trata de una cirugía menos compleja, requiere anestesia general, estudios prequirúrgicos y recuperación.

El problema principal es el costo: la obra social Ipross informó que no cubrirá la totalidad de la intervención.
“Nos enteramos que el costo total es de alrededor de $1.200.000, más los gastos administrativos. Por eso organizamos una rifa para poder costearlo. Ya vendimos algunos números y la gente se está sumando con mucho cariño”, explicó Chantal.

Una rifa para seguir adelante

Para reunir el dinero, la familia lanzó una rifa solidaria con premios donados por vecinos, familiares y amigos.
“La obra social nos ayudó al principio, pero hoy sentimos que nos suelta la mano. Todo queda por nuestra cuenta: las terapias, los controles, los viajes”, expresó la mamá.

Bruno realiza sesiones semanales de kinesiología, fonoaudiología y estimulación temprana, fundamentales para su desarrollo. “Los médicos decían que iba a ser una planta, que no se iba a mover ni comunicar. Pero él demuestra lo contrario todos los días. No camina todavía, pero se hace entender, es feliz, le encanta ir a sus terapias y se ilumina cuando ve a sus estimuladoras”, dice Chantal, emocionada.

Bruno también fue diagnosticado con agenesia del cuerpo calloso, una condición neurológica que requiere seguimiento permanente. Su evolución depende de terapias regulares y controles constantes, pero los recortes y la falta de cobertura integral complican la continuidad.

Todo el tiempo hay que estar en control, por su corazón, su válvula y su desarrollo neurológico. No podemos descuidar nada, pero también es difícil sostenerlo económicamente”, señaló su mamá.

A pesar de todo, Bruno es un niño sonriente y lleno de energía. “Es un nene muy feliz, con muchas ganas de vivir. Nosotros estamos para acompañarlo, porque sabemos que puede mucho más de lo que dijeron los médicos”, asegura Chantal.

La próxima cirugía está prevista para el 2 de diciembre y la familia espera llegar con los fondos necesarios. Quienes deseen colaborar pueden participar de la rifa solidaria o comunicarse con Chantal Ramírez por redes sociales.
Alias para colaborar: luna.deroma.mp

Fuente: Medios.

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