El vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti, planteó la necesidad de avanzar en una reforma profunda del calendario electoral argentino que permita unificar en una sola jornada las elecciones nacionales, provinciales y municipales, apoyándose en la implementación integral de la Boleta Única de Papel (BUP).
Pesatti sostuvo que la propuesta no responde a coyunturas ni busca generar ventajas políticas, sino que es posible ahora porque, por primera vez en décadas, existen condiciones técnicas que garantizan la calidad democrática del proceso electoral. En ese sentido, afirmó que sin la Boleta Única de Papel la simultaneidad de comicios resultaba “extremadamente compleja o directamente inviable”.
El dirigente explicó que el sistema tradicional de boletas sábana imponía límites estructurales, generando confusión, saturación visual y efectos de arrastre que distorsionaban la voluntad del electorado. Por el contrario, la Boleta Única, dijo separa categorías, fortalece la decisión individual y elimina mecanismos automáticos de transferencia de votos.
Pesatti remarcó que para que la unificación sea efectiva, la BUP debe aplicarse en todas las jurisdicciones y no solo a nivel nacional. Como antecedente, citó la experiencia de municipios rionegrinos como Bariloche, donde el sistema se utiliza desde hace años con resultados positivos.
En el plano operativo, propuso que el electorado reciba en una misma jornada tres boletas únicas diferenciadas, nacional, provincial y municipal, permitiendo tomar decisiones autónomas en cada nivel sin interferencias. Además, planteó la posibilidad de avanzar en un acuerdo federal similar al Régimen de Responsabilidad Fiscal para fijar por ley una fecha electoral única y estable.
Entre los beneficios, destacó la reducción de costos, la concentración del acto cívico en un solo día y el fortalecimiento de la participación ciudadana. También advirtió sobre el desgaste que provoca la multiplicación de procesos electorales, tanto en la ciudadanía como en la dirigencia política, al generar un clima de confrontación permanente que afecta la gestión y la planificación.
Finalmente, Pesatti afirmó que ordenar el calendario electoral sería una señal de madurez institucional, contribuiría a reducir la fragmentación política y devolvería centralidad al acto democrático. “Un solo día para votar y el resto del tiempo para gobernar y desarrollarnos”, sintetizó.
