Estados Unidos capturó un barco petrolero frente a la costa de Venezuela, operativo que, según fuentes oficiales, apunta a frenar el transporte de crudo proveniente tanto del país caribeño como de Irán. La acción se enmarca en los controles y sanciones que Washington mantiene sobre el comercio petrolero.
La tarea fue ejecutada por el FBI, la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y la Guardia Costera, con apoyo del Departamento de Guerra. Por ahora, las autoridades norteamericanas no revelaron el destino del buque ni la situación de la tripulación, aunque confirmaron que el caso quedó bajo investigación federal. Esa información llegará recién cuando avancen los informes oficiales.
El mercado reaccionó rápido. Tras conocerse el operativo, los futuros del Brent subieron alrededor de 0,5 %, un movimiento que reflejó la inquietud global ante posibles interrupciones en los envíos de petróleo. El episodio vuelve a mostrar cuán sensible es el flujo energético ante acciones de control o tensión geopolítica.
El gobierno de Donald J. Trump ya había intensificado su estrategia en el Caribe con recientes operaciones militares y ahora suma un golpe más contra la administración de Nicolás Maduro. Esta captura, sin detalles públicos sobre los próximos pasos, marca una nueva escalada en la región.
Fuente: Medios







