La decisión de YPF de dejar de comunicar los aumentos mensuales, anunciada en julio, marcó un cambio profundo en la política de precios de los combustibles. Desde entonces, cada estación puede fijar valores distintos según su demanda y costos operativos, lo que dio lugar a un sistema más flexible pero también menos transparente para los consumidores.
A tres meses de esa modificación, los precios en la Ciudad de Buenos Aires muestran una suba acumulada de hasta 11,1%, de acuerdo con los valores oficiales de la petrolera estatal. La nafta súper pasó de $1.246 a $1.367, con un alza de 9,7%; la premium, de $1.476 a $1.623 (10%); el gasoil, de $1.251 a $1.390 (11,1%); y el Euro diésel, de $1.444 a $1.592 (10,2%).

La nueva modalidad, conocida como micro pricing, implica que los precios pueden variar entre estaciones e incluso dentro del mismo día, según el flujo de clientes y las condiciones locales del mercado. Así, los conductores comenzaron a notar cambios en el surtidor sin previo aviso ni comunicados oficiales.
Las demás empresas del sector siguieron el mismo camino: dejaron de publicar los aumentos y, desde fines de julio, aceleraron el ritmo de actualización de precios.

Cuando YPF confirmó la modificación, explicó que buscaba un esquema “más dinámico” de ajustes, con diferencias por región y sin una fecha fija de actualización. El cambio coincidió con una caída en el consumo de combustibles, especialmente en los segmentos premium, y con una relativa estabilidad del tipo de cambio.
Hasta junio, la nafta súper acumulaba un incremento del 7,03% en lo que iba del año. Con la nueva política, el ritmo se aceleró: los aumentos ya no se concentran a principios de mes, sino que se reparten a lo largo del tiempo y dependen de factores como la paridad de importación, los costos mayoristas, el precio del crudo y la carga impositiva.
El sector, además, mantiene la atención sobre los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), cuyos ajustes y diferimientos impactan directamente en el precio final que pagan los consumidores.
Fuente: Medios







