El presidente Javier Milei recibirá este martes al mediodía al mandatario electo de Chile, José Antonio Kast, en lo que será el primer gesto institucional entre ambos tras la victoria del dirigente conservador en el balotaje chileno. La visita de Kast a Buenos Aires se produce antes de asumir formalmente la presidencia en Santiago, y desde el Gobierno argentino la leen como un cambio de ciclo en el país vecino y una oportunidad para consolidar vínculos con administraciones de corte liberal en lo económico y conservador en lo político.
El encuentro tendrá carácter político y simbólico, sin anuncios formales ni acuerdos técnicos previstos, aunque sí se espera una foto que refleje la sintonía entre los dos líderes. Milei celebró públicamente el triunfo de Kast, presentándolo como una victoria de las ideas de la libertad frente al avance del progresismo en la región, y la Casa Rosada busca capitalizar este resultado como respaldo internacional al rumbo elegido por el Gobierno argentino.
LA IZQUIERDA RETROCEDE
— Javier Milei (@JMilei) December 14, 2025
LA LIBERTAD AVANZA
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En paralelo, Milei participará este lunes de una actividad de la Fundación Faro, el think tank libertario dirigido por Agustín Laje, espacio central de elaboración política e ideológica del oficialismo. El presidente reforzará allí su lectura de la victoria chilena como parte de una tendencia regional hacia gobiernos que promueven menos Estado, más mercado y un discurso confrontativo contra la izquierda.
Desde el lado chileno, Kast llega a Buenos Aires con el desafío de consolidar apoyos externos mientras se prepara para asumir en un contexto interno complejo, con un mapa político fragmentado y una oposición activa. Para el Gobierno argentino, exhibir cercanía con Kast también tiene un valor doméstico, mostrando respaldo internacional en un momento de tensiones económicas y reformas en discusión.

El encuentro de este martes marca el inicio de una etapa de afinidad explícita entre Buenos Aires y Santiago, con impacto aún por medirse en la agenda concreta, pero con una carga simbólica que el Ejecutivo argentino busca poner en primer plano.
Fuente: Medios

