Hallazgo inédito en la Patagonia: un pez asiático territorial y carnívoro en el río Negro

Los peces fueron capturados en la costa de Carmen de Patagones y mantenidos vivos para su estudio. La especie es carnívora, territorial y podría haberse introducido a través del agua de lastre de embarcaciones internacionales.

En abril, un pescador de Carmen de Patagones realizó un hallazgo inesperado en el río Negro: entre sus capturas había dos peces que no lograba identificar. Sorprendido por su aspecto, recurrió a la bióloga Andrea Tombari, investigadora y docente de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), quien recibió los ejemplares en el Laboratorio de Bioecología y Calidad Ambiental Acuática, en Viedma.

Tras una exhaustiva búsqueda bibliográfica y el análisis morfológico de los peces, Tombari confirmó una noticia tan inédita como inquietante: se trataba de un gobio originario del Pacífico asiático, una especie exótica que nunca había sido registrada en esa zona del país.

Tombari, especialista en bagre marino y habituada a recibir consultas de pescadores cuando aparece alguna especie poco común, sabía de inmediato que los ejemplares no pertenecían a la fauna local. La clave llegó al encontrar un antecedente científico que citaba la presencia del mismo gobio en Pehuén-Có, provincia de Buenos Aires.

Para conocer mejor su comportamiento, la bióloga mantuvo a los dos peces vivos en peceras durante varios días. Allí pudo constatar que eran altamente territoriales y carnívoros, con dientes de puntas divididas en tres cúspides. Incluso algunos pescadores que intentaron conservarlos en acuarios vieron cómo devoraban al resto de los peces. Según relata, los alimentó con lombrices, el mismo señuelo con el que habían sido pescados.

Un riesgo incierto para la fauna del río

Aunque no representan peligro para las personas y no son peces venenosos, su presencia genera interrogantes. Podrían alimentarse de especies nativas, aunque aún no se sabe cuáles, y alterar el equilibrio del ecosistema.

Tombari explicó que, hasta ahora, solo se cuenta con un estudio reciente sobre este pez en la región. El plan es realizar nuevos muestreos: colocar trampas que permitan evaluar si está reproduciéndose, analizar su dieta a partir del contenido estomacal y determinar si tiene predadores locales.

El gobio asiático es, por lo general, un pez sedentario. Sin embargo, se ha expandido mucho más allá de su zona de origen. Hay registros en Europa, en California (Estados Unidos, desde 1985) y en Bélgica (2023). En Argentina se detectó por primera vez en 2024 y ahora, por primera vez, en el río Negro.

La investigadora planteó la hipótesis más probable: habría llegado a la Patagonia a través del agua de lastre de embarcaciones internacionales. A pesar de que existen protocolos diseñados para evitar que organismos vivos viajen en estos tanques de agua, su presencia sugiere que esos controles no se cumplieron o resultaron insuficientes.

El dato no es menor: el 50% de las especies del río Negro son introducidas, lo que muestra la vulnerabilidad del ecosistema frente a invasiones biológicas.

Los ejemplares fueron capturados cerca del muelle de lanchas de Patagones, una zona con muchas rocas, bordes irregulares y escombros, que funcionan como refugios perfectos para esta especie.

Contra lo esperado, pescadores locales aseguraron haberlos visto también en invierno, cuando se suponía que entrarían en letargo por las bajas temperaturas. Además, la presencia de aguas más salobres —menos marinas— favorecería su reproducción. Los peces estudiados no eran adultos y medían entre 5 y 8 centímetros.

El análisis morfológico, publicado por Tombari en la revista Acta Zoológica Lilloana, describe ejemplares pequeños, de cuerpo tubular, cabeza corta y ancha, hocico redondeado y dos bandas longitudinales marrón oscuro.

Para la bióloga, el hallazgo subraya la importancia del vínculo entre pescadores artesanales y científicos.

“Ellos recorren el río todos los días, nosotros tenemos las herramientas para analizar lo que encuentran. Esa combinación de saberes es fundamental. Sin los pescadores, no podríamos alertar a tiempo sobre una especie introducida”, destacó.

El caso del gobio asiático abre una nueva línea de investigación en uno de los ríos más importantes de la Patagonia y marca la necesidad de reforzar los controles ambientales que permitan evitar futuras invasiones biológicas.

Fuente: Medios.

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