El juego de las sillas y el último año para mostrar gestión

Figueroa, Gaido y los Libertarios comienzan a medirse. Las elecciones para la gobernación y las intendencias serán tempranas. La gestión y la obra pública como ejes para llegar robustos al 2027.

Se avecina el 2026, un año pre-electoral que torneará el continente político para las presidenciales 2027. También la disputa por la gobernación neuquina y las intendencias hará entrar en calor a los proyectos políticos con pretensiones. Si las previsiones se cumplen y la contienda provincial tiene lugar durante el primer cuatrimestre de 2027, desde muy temprano cada gesto comenzará a teñirse de lucha por el poder. Las especulaciones son muchas, pero todas coinciden en una premisa: tanto para Rolando Figueroa como para Mariano Gaido, un escenario con clima nacional podría resultar demasiado arriesgado. Las últimas intermedias legislativas dejaron claro, una vez más, que el debate nacional impone su ritmo y orienta la atención de la opinión pública más allá de las fronteras provinciales. De allí que la intención de la mayoría de los gobernadores sea liquidar los asuntos domésticos lo más temprano y lejos posible de la pelea de fondo por la casa rosada.

Gobernador Rolando Figueroa e Intendente Mariano Gaido.

En Neuquén, como si se tratara del popular juego de la silla, quedan dos lugares para tres espacios competitivos. La Neuquinidad pretenderá con toda lógica su reelección. El nuevo partido de Mariano Gaido, Primero Neuquén, está en condiciones de presentar candidaturas en todas las categorías y concentra su atención en retener el municipio capitalino. El arco político en pleno asegura que el compromiso entre Figueroa y Gaido no presenta fisuras y la insistencia cotidiana en mostrarse juntos lo acredita. Aunque como en las carreras armamentistas, todos firman pactos de paz sin descuidar la producción de sus arsenales. Por su parte La Libertad Avanza, envalentonada con los resultados obtenidos en las últimas dos elecciones nacionales, asoma con ganas de alcanzar por lo menos un puñado de intendencias que incluyen la ciudad capital. Se trata de una partida de “truco gallo” que moldeará la política neuquina durante todo el año 2026.

Senadora Nadia Márquez y Karina Milei.

En este marco las relaciones entre el gobierno neuquino y la casa rosada no se limitan a necesidades administrativas, avales para empréstitos y trasferencias del tesoro. Incluyen también especulaciones sobre el escenario político futuro. Los tratos cordiales y las buenas formas no inhiben las desconfianzas. Neuquinizantes, Gaidistas y Libertarios se respetan mientras se miran de reojo y conservan su capacidad de romper el equilibrio aparentemente implícito. Los tres guardan plena conciencia de que, en 2027, los asientos no alcanzan.

En ese clima, las gestiones de gobierno durante el año que comienza cobran vital importancia. El gobierno nacional deberá obtener las reformas de segunda generación en el congreso. Más importante que ello, necesita que el resultado de sus logros macroeconómicos se parezca a una mejor calidad de vida para la mayoría de los ciudadanos. Por ahora, el desguace político de una oposición estancada en el personalismo de Cristina Kirchner, provee oxígeno y margen para conservar legitimidad suficiente. Pero sería ingenuo descansar en las incapacidades ajenas y la receta liberal deberá, más temprano que tarde, medirse con las expectativas económicas que su teoría promete.

Rolando Figueroa y Mariano Gaido apuestan a la obra pública.

Rolando Figueroa y Mariano Gaido apuestan a la prepotencia de gestión, sobre todo, en la ejecución de obra pública. Los presupuestos que ambos mandatarios enviaron a los legislativos denotan una intención tan clásica como efectiva: mostrar resultados tangibles. La inversión pública en obras no solo permite “darle a la gente resultados que se puedan ver y tocar”. Ayudan, al mismo tiempo, a marcar diferencias con el minimalista Estado Nacional. El protagonismo del sector público en el desarrollo económico es una de las máximas en la prédica de La Neuquinidad que tanto el gobernador como el intendente capitalino reiteran en cada discurso inaugural.

  El año que comienza no es oficialmente electoral, aunque los protagonistas saben que las elecciones 2027 serán temprano, que 2026 es el último año de gestión antes del examen en las urnas y que todos, por solapadas que parezcan, conservan sus legítimas pretensiones.

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