El joven Ismael Choque Vargas, detenido por la muerte de Gastón Marcelo Latiff ocurrida en una despensa del barrio San Francisco IV de Bariloche, fue imputado este miércoles por homicidio con exceso en la legítima defensa, una figura que implica una pena menor que la del homicidio simple.
La decisión fue tomada en una nueva audiencia de formulación de cargos ante el juez de Garantías Juan Pablo Laurence, luego de que la fiscalía, a cargo de Facundo D’Apice, ajustara la calificación legal tras una reconstrucción reciente del hecho.
El caso se remonta a la noche del 10 de febrero, cuando Choque Vargas se encontraba con su pareja en la despensa Quimey Ruca, propiedad de un comerciante de apellido Lobos.
En ese momento ingresó Latiff, acompañado por varios jóvenes, con la intención de “ajustar cuentas” por el presunto robo de un teléfono celular. Según la investigación, el grupo increpó violentamente al dueño del local, lo que derivó en una pelea generalizada.
En medio del enfrentamiento, Choque Vargas intervino para intentar frenar la agresión, primero a golpes, y luego extrajo un cuchillo con el que hirió seis veces a Latiff, una de las lesiones —en el cuello— resultó mortal.
El imputado no huyó del lugar y, según la fiscalía, intentó asistir a la víctima hasta la llegada de la Policía.
Vaivenes judiciales
La causa atravesó tres cambios de calificación en los últimos ocho meses. En un primer momento, Choque Vargas fue acusado de homicidio simple; luego, en junio, el caso se recaratuló como homicidio en legítima defensa, al considerar que su intervención respondió a una agresión previa.
Sin embargo, tras nuevas pruebas y pericias, la fiscalía concluyó que la reacción del joven fue desproporcionada respecto del peligro que enfrentaba, por lo que se ajustó la imputación a “exceso en la legítima defensa”.
El juez Laurence aceptó la nueva calificación y mantuvo la investigación abierta hasta el 12 de noviembre.
Durante la audiencia, familiares de la víctima estuvieron presentes y reclamaron “justicia” por el homicidio. El abogado querellante Martín Govetto cuestionó la nueva calificación y sostuvo que el acusado “no estaba obligado a intervenir ni fue agredido directamente”.
Por su parte, la también querellante Marcela Fragala señaló que, según los informes de criminalística, Latiff fue atacado cuando se encontraba en retirada, descartando la hipótesis de defensa o emoción violenta.
En contraste, el defensor público Nelson Vigueras consideró que la figura de exceso en la legítima defensa es “correcta”, aunque planteó que Choque Vargas actuó bajo una “emoción violenta” derivada de una situación extrema y ajena a su voluntad.
El juez Laurence resolvió mantener la imputación presentada por la fiscalía y recordó que, en esta etapa, la querella no puede sostener una acusación paralela. “Las partes deberán dialogar para unificar la caracterización del hecho”, expresó.
Fuente: Medios.







