El Gobierno nacional resolvió desactivar el proyecto impulsado por China para instalar un nuevo radar de observación espacial en la localidad sanjuanina de El Leoncito, en el marco de una red internacional que despertaba alertas por su posible uso militar. La decisión incluyó detener el ingreso de materiales provenientes de China y no renovar el convenio firmado entre el CONICET y la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), que venció en junio de este año.
El plan, impulsado durante el kirchnerismo, contemplaba la construcción del Radiotelescopio Argentino-Chino (CART), una antena de grandes dimensiones con un reflector principal de 40 metros y un costo estimado de 350 millones de dólares. El observatorio dependía de la Academia de Ciencias de China (CAS) y contaba con el aval del Observatorio Astronómico Félix Aguilar de la UNSJ.

Fuentes oficiales confirmaron que la gestión libertaria decidió frenar el proyecto por razones estratégicas. “Los envíos tenían irregularidades y ninguna autoridad china se hizo responsable”, indicaron a medios, en referencia al material que había sido retenido en la Aduana.
Desde la UNSJ, el Consejo Superior expresó su malestar y defendió la iniciativa como “un proyecto con fines estrictamente científicos”, destacando más de tres décadas de cooperación bilateral en astronomía. Sin embargo, el Gobierno nacional considera que el control operativo de la instalación quedaba en manos del aparato militar del Partido Comunista Chino, lo que implicaba riesgos para la seguridad nacional y regional.
El proyecto en San Juan se sumaba al radar que China ya opera en Bajada del Agrio, Neuquén, una base señalada por analistas internacionales y funcionarios de Estados Unidos por su falta de supervisión local. En 2024, una comitiva argentina tuvo que pedir autorización especial para inspeccionar esas instalaciones, que funcionan bajo administración china.

El exembajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, había advertido públicamente sobre la presencia de militares chinos en Neuquén.
“Me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en secreto, haciendo quién sabe qué. Creo que los argentinos tampoco lo saben”, declaró.
Con esta decisión, el Gobierno de Javier Milei marca distancia del alineamiento con Beijing que caracterizó a administraciones anteriores y refuerza su cercanía con Estados Unidos, que observaba con preocupación la expansión de la red china de radares de observación espacial en el continente.

Fuente: Medios







