El Oleoducto Vaca Muerta Sur avanza a paso firme y se consolida como una de las obras más importantes de infraestructura energética del país. Según los plazos oficiales, hacia fines de 2026 podría comenzar la exportación directa de petróleo desde Punta Colorada, en la costa rionegrina.
El sistema, de 437 kilómetros y 30 pulgadas de diámetro, unirá Allen con la terminal marítima de Punta Colorada. En su primera etapa permitirá transportar unos 180.000 barriles diarios de crudo no convencional, con posibilidad de carga en supertanqueros (VLCC) capaces de llevar más de dos millones de barriles.
El consorcio Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), integrado por YPF, PAE, Vista, Pampa Energía, Pluspetrol, Chevron, Shell, Tecpetrol y Gas y Petróleo del Neuquén, ya alcanzó entre un 30 y 35% de avance en sus obras. La inversión total ronda los 3.000 millones de dólares, con financiamiento por 2.000 millones que permitió acelerar los trabajos.

En Allen se levantan tanques de almacenamiento de 55.000 m³ y estaciones de bombeo. En Punta Colorada, el movimiento de suelos y la llegada de 8.000 toneladas de acero marcan el progreso en la construcción de los cinco grandes tanques de 120.000 m³.
Este punto marca una diferencia estratégica respecto de otros polos de exportación del país: mientras en Puerto Rosales se operan buques Aframax y Suezmax, destinados a puertos y mercados de menor calado, el VMOS permitirá que la Argentina tenga por primera vez un puerto diseñado para cargar directamente en supertanqueros, lo que facilitará competir en destinos más lejanos y de mayor escala.
Además, se desarrollan los ductos submarinos y monoboyas que conectarán la terminal con el sistema offshore, clave para la carga en buques de gran calado.
Si se cumple el cronograma, en diciembre de 2026 podrían realizarse los primeros embarques. En etapas siguientes, la capacidad se ampliará hasta 700.000 barriles diarios, lo que podría aportar entre 12.000 y 15.000 millones de dólares anuales en exportaciones.
El Oleoducto Vaca Muerta Sur se perfila así como un proyecto estratégico que redefinirá el perfil exportador de la Argentina y posicionará a Río Negro como un nuevo punto neurálgico en el mapa energético nacional.







