La salud de Cristina Fernández de Kirchner vuelve a ocupar el centro de la escena pública en el cierre del año. La expresidenta permanecerá internada y recibirá Año Nuevo en el Sanatorio Otamendi, donde continúa bajo seguimiento médico tras una intervención quirúrgica de urgencia realizada el 20 de diciembre por un cuadro de apendicitis aguda con peritonitis localizada.
El informe, difundido por la institución el lunes, detalló que la paciente presenta un íleo posoperatorio, una complicación frecuente en cirugías abdominales que implica una detención transitoria del funcionamiento intestinal. Esa condición obliga a extremar cuidados y prolongar la internación.
Desde el Sanatorio Otamendi informaron que la exmandataria continúa con drenaje peritoneal y tratamiento antibiótico por vía endovenosa. El comunicado oficial, firmado por la directora médica Marisa Lafranconi, remarcó que la evolución clínica se mantiene bajo control, aunque sin plazos definidos para el alta. La palabra clave del informe fue “lenta recuperación”, una expresión que encendió señales de inquietud tanto en el ámbito político como en su entorno más cercano.
Cristina Fernández de Kirchner se encuentra alojada en una habitación individual, donde ya transcurrieron Nochebuena y Navidad. Según trascendió, el equipo médico prioriza la estabilidad del cuadro general antes de evaluar cualquier cambio en el esquema de cuidados.
Qué implica el íleo posoperatorio y por qué demora el alta
El íleo posoperatorio consiste en una parálisis temporal del intestino que suele aparecer después de una cirugía abdominal. El tránsito digestivo se frena como respuesta al estrés quirúrgico, la inflamación y el uso de determinados fármacos. En estos casos, la alimentación se maneja con extrema cautela y el monitoreo clínico resulta constante.
Especialistas explican que la duración de este cuadro varía según cada paciente y su evolución general. Mientras persista el íleo, el alta médica no suele recomendarse, ya que el riesgo de complicaciones aumenta fuera del ámbito hospitalario. Por ese motivo, el equipo tratante optó por mantener la internación y reforzar el tratamiento antibiótico.
La falta de apariciones públicas, mensajes o actividades conocidas de la ex presidenta alimentó la preocupación entre dirigentes y militantes que siguen de cerca su estado de salud. En ese contexto, la ausencia de señales de mejoría visibles se transformó en un factor político adicional, más allá del estricto plano médico.
Salud, contexto judicial y expectativa política
La internación de Cristina Fernández de Kirchner se produce en un momento particular de su vida pública. La ex mandataria cumple una condena en modalidad domiciliaria en el marco de la causa por direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz durante su gestión presidencial. Esa situación judicial agrega un componente sensible al seguimiento de su estado clínico.
Desde su entorno evitan especulaciones y sostienen que la prioridad absoluta pasa por la recuperación médica. Sin embargo, la combinación entre estar internada, parte médico cauteloso y silencio público genera un clima de expectativa en el arco político. Cada comunicado del sanatorio adquiere así una dimensión que excede lo sanitario.
Fuente Medios

