Un trabajador petrolero de Río Negro perdió su empleo tras una serie de incumplimientos laborales que la empresa consideró acumulativos y graves. Según consta en la causa, el empleado, que había iniciado su relación laboral en 2013, registró durante 2020 varias llegadas tarde y ausencias injustificadas, además de conducir un vehículo de la empresa a velocidad excesiva, rompiendo con los protocolos de manejo seguro.
Cuando fue notificado del despido, el trabajador buscó revertir la medida por la vía judicial. Negó las faltas y llegó a insinuar que otra persona podría haber utilizado su tacógrafo. Sin embargo, las pruebas en su contra resultaron contundentes: pericias caligráficas confirmaron que firmó todas las notificaciones, los sistemas internos registraron al menos doce episodios de exceso de velocidad, y el personal de seguridad confirmó su inasistencia los días señalados.
Con estos elementos, la Cámara del Trabajo de Cipolletti resolvió que las conductas acumuladas constituían una “injuria laboral” suficiente para justificar el despido, amparándose en el artículo 242 de la Ley de Contrato de Trabajo.
El fallo deja en claro que la combinación de faltas reiteradas, llegadas tarde y violaciones a las normas de seguridad vial no es negociable y que, en este caso, la justicia respaldó la decisión empresarial. El intento del trabajador de recuperar su puesto laboral fracasó, marcando un precedente sobre la tolerancia a incumplimientos graves en el sector.
Fuente: Medios







